miércoles, 24 de enero de 2007

Veamos que onda

Cuando uno está desocupado, empieza a ver que puede hacer de su tiempo. No tomemos desocupado sólo como la falta de inserción en el mercado laboral, sino como la ausencia total de actividades que demanden tiempo, llámese deporte, novia, o algo divertido que hacer en la noche bellavistense (éste es un punto que voy a poner en discusión más adelante, es preocupante). Así que despues de agotar el stock de DVDs de la feria persa, nadar 200 largos en la pileta y leer hasta como salieron las carreras de caballos en la deportiva de La Nación, decidí hacer de mi ocio por lo menos algo compartido. Entonces en este espacio voy a tratar de plasmar que cosas se destacan, surgen, en mi Enero poco agitado, y atento a la propuesta que tenga cualquiera de ustedes, mis estimados lectores. Para cerrar me parecen bastante apropiadas las primeras líneas de Lo trágico cotidiano, de Giovanni Papini, pueden parecer mala onda, pero resultan simpáticas al final.

" Hombre lector, quienquiera que seas, quisiera en este momento tenerte aquí, cara a cara, y clavar mis ojos en tus ojos y estrecharte las manos en mis manos y decirte en voz baja: «¿Crees vivir, vivir de verdad, profundamente, enteramente? ¿Te parece tu vida tan bella y grande como acaso la soñaste en los días ardientes de la juventud?»
Y todavía más bajo, llanamente, quisiera preguntarte: «¿Tuviste una juventud? ¿Sentiste en ti, dentro de tus entrañas, dentro de tu sangre, algo que fermentaba, que hervía, que se agitaba, que temblaba, que quería salir, derramarse, inundar el mundo como un lago de llamas? ¿Sentiste nunca, después de alguna hora de agitación, después de un gran crepúsculo, después de los versos de un poeta, sentiste que eras tú, tú en persona, el primer hombre, el descubridor de la vida, el descubridor del mundo? ¿Y no te pareció mísera esta vida, y no te pareció pequeño este mundo? ¿No deseaste la muerte por amor a la vida? ¿No experimentaste la avidez de Alejandro ante el cielo lejano?»
Esto quisiera pedirte, vil lector, hombrecillo enflaquecido que estás leyendo páginas, escuchando los latidos de la vida ajena porque no sabes realizar actos, porque no sabes vivir por tu cuenta. ¿No te parece vil, cobarde, cobardísima, la acción que estás realizando? Una silla te sostiene, ante ti hay papeles cosidos, en esos papeles hay signos negros y tú recorres con los ojos esos signos y tu alma sonríe o gimotea, ve o entrevé, a medida que los signos van despertando a la fuerza tus imágenes soñolientas. ¡Y tú crees vivir, creo, leyendo libros! Saliendo fuera de ti, contemplarás con gran desprecio el vulgo vil que no está «al corriente», que no hace psicología y no se alimenta de literatura. Yo soy, dices para ti, un intelectual, un refinado, un pensador, un aristócrata, un hombre superior, en suma, un miembro de la élite. El mundo gira a mi alrededor, el mundo está hecho para mí. Y cuando no va bien doy un puntapié al tramoyista y lo hago yo. Y así juego y me divierto, y en mi casa sólo encontraréis fotografías de obras célebres y buenas ediciones de autores famosos. El cuello alto y las palabras oscuras son las insignias de mi grado: yo soy el rey del tiempo, el rey del espíritu, el rey de la eternidad.
¿Dices tú todo esto, lector cobarde? Es posible: lo creo, me lo imagino, lo deseo. Porque yo hablo precisamente para ti y quisiera tenerte delante de mí, para que sintieras en tu cara el aliento cálido de mi desprecio. Y te desprecio, lector, te desprecio por una razón terrible, por una razón odiosa, dolorosa: que yo me parezco mucho a ti, que yo soy casi como tú, lector, que yo soy tú, acaso..."

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Un saludo para los viles lectores, un saludo para los que ven mas allá de la plastica realidad.

¿Quo Vadis?

-yo no estuve con norita-

soma dijo...

todo se resume a carpe diem queridos lectores.

productivo chicos, sigan nadando.
saludos.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

¿Acaso no todos vivimos este Mundo de descarte, sin saber porqué, sin saber hasta cuándo, y ni siquiera tan solo saber que viene después?No paro de preguntarme "que, porqué y para qué"; ¿Amerita mi existencia algun fruto metafisico, o en algun remoto-futuro espacio-tiempo?

Simplemente la razón es un misterio que ningún intelecto humano va a saber responder nunca, ya que no se conoce ninguna verdad absoluta, ¿alguna vez se lo ha preguntado ud.?, lo único que se conoce es el origen de la convención que se vertío de manera desaforada como en un intento desaforado de conquistar el hambre de la sabiduria, por ende, como puede estar uno mismo tan seguro de lo que una vez alguien llamo, por primera vez de la forma en que se le ocurrio. Si ahora nos salen con que el ser humano no proviene del MONO, ¿que otras sorpresas más nos deparan los descubrimientos promiscuos de las ciencias pasadas?
Entonces si es que por definicion el ser es imperfecto, habria que revisar todo desde principio y empezar a desconfiar de todo, menos de uno mismo...

Anónimo dijo...

A mis queridos gobernantes: ni olvido, ni perdón.-
no soy zurdo, no soy de derecha, la balanza no se inclina por banderas, encuentro la equidad en la distribucion correcta como un buen metodo de manejo colectivo.

"no al descuido, coja con preservativo"

(me alquile the untouchable, asi que chao)