viernes, 21 de septiembre de 2007

Lo que todos temíamos...

¡¡Volvieron los ochentas!!!!



lunes, 10 de septiembre de 2007

Tiempos Viejos


(Recomiendo escuchar la canción)

¿Te acordás, hermano? ¡Qué tiempos aquéllos!
Eran otros hombres más hombres los nuestros.
No se conocían cocó ni morfina,los muchachos de antes no usaban gomina.
¿Te acordás, hermano? ¡Qué tiempos aquéllos!
¡Veinticinco abriles que no volverán!
Veinticinco abriles, volver a tenerlos,si cuando me acuerdo me pongo a llorar.

¿Dónde están los muchachos de entonces?
Barra antigua de ayer ¿dónde está?
Yo y vos solos quedamos, hermano,
yo y vos solos para recordar...
¿Dónde están las mujeres aquéllas,
minas fieles, de gran corazón,
que en los bailes de Laura peleaban
cada cual defendiendo su amor?

¿Te acordás, hermano, la rubia Mireya,
que quité en lo de Hansen al loco Cepeda?
Casi me suicido una noche por ella
y hoy es una pobre mendiga harapienta.
¿Te acordás, hermano, lo linda que era?
Se formaba rueda pa' verla bailar...
Cuando por la calle la veo tan vieja
doy vuelta la cara y me pongo a llorar.

Manuel Romero

martes, 4 de septiembre de 2007

No soy yo cuando me enojo



Hoy me levanté enojado, no sé si por alguna producción onírica que no recuerdo, no se la razón de este enojo a ciencia cierta. El asunto es que me condiciona. No puedo ser el de todos los días, tengo que cuidar que mi enojo no lastime a nadie de un coletazo, tenerle la correa corta. Esto me impide mirar la belleza de lo cotidiano, las risas y sonrisas que me rodean todos los dias, horas, minutos, y desde ya, devolverlas. El mayor problema es cuando alguien anda con otro enojo, y tal vez mas suelto que el mío. Mi brazo pierde fuerza y allí es cuando la bestia empieza a rugir y lastimar. Desde ya que a lo largo de los años me he vuelto un maestro en la doma de mi enojo, pero esta fórmula no es la indicada. Tengo que aprender a convivir con este engendro, a su debido tiempo. Hasta entonces, miren bien para donde ando tironeando.